viernes, 14 de junio de 2013

Una pequeña pompa de jabón

Hoy no tengo nada que contarte, la verdad es que ahora mismo no tengo tiempo para pensar, pero acabo de escuchar una canción de Silvio Rodríguez y me ha recordado que lo simple es lo bonito, así que como no tengo nada que decirte pero sí muchas ganas de hablar lo que voy a hacer es intentar improvisar unos versos a modo de desahogo y esperar simplemente que disfrutes con ellos, sin más pretensiones.

Regalarte, como acaba de hacer Silvio Rodríaguez conmigo, una simple pompa de jabón. ¿Hay algo que sea más banal y a la vez llame tanto nuestra atención?

Un chupete que cae de la boca,
la baba y el llanto que le siguen,
la caricia que en la madre provoca,
pequeñas eternidades que se extinguen.

Un capricho, una pataleta,
una nueva lección aprendida,
con solo tres años apuntas la receta,
no todo se consigue en esta vida.

Una sonrisa, un sonrojo,
una mano que roza tu palma,
a los ocho años el primer enojo,
ya tienes alguien metido en tu alma.

Pero aún no lo vas a llamar amor, 
ya descubrirás lo que esto significa,
verás que es un dulce dolor,
la guerra que tu interior pacifica.

Sigues creciendo, la primera traición,
el primer amigo que te olvida,
con solo catorce y se baja el telón,
se descubren los que son actores en vida.

Ahora ya has dejado los juegos,
ahora ya tienes otras prioridades,
trabajo, familia, ruegos,
vientos que anuncian tempestades.

Una pequeña mano sobre tu cara,
un cuerpecito durmiendo a tu lado,
bendito el día en que disparara
Cupido en tu costado.

La primera cana, el primer achaque,
ser espectador del ciclo de la vida,
los años de respiro antes de que te den jaque,
el antes a la despedida.

Y ahora ya en tu jubilación,
convertido en un sabio en tu guarida,
te das cuenta que las pompas de jabón
no son tan distintas de la vida.



miércoles, 1 de mayo de 2013

Impulsos


Es tarde para ponerse propósitos de año nuevo, pero al menos ya ha dado tiempo para que los demás hayan incumplido los suyos, y yo con un vigor renovado empiece el mío, y así poder mirarlos por encima del hombro.
Pues bien mi propósito va a ser aprender a controlar mis impulsos, y a vivir más tranquilo.

Gracias por leerme, un saludo.


No, obviamente este no es el final del blog (“Ya he visto que había más cosas escritas”), bueno déjame que piense que te he tomado el pelo, aguafiestas que eres un aguafiestas.


Efectivamente, soy una persona muy nerviosa y muy impulsiva. Si me conoces y has pasado conmigo más de una hora lo habrás sufrido, ya que mi nerviosismo se expresa moviendo la pierna igual que si estuviese cosiendo a máquina a cámara rápida (si no me conoces, encantado), y es un acto involuntario, de hecho solo paro cuando alguien que tengo al lado está harto de estar montado en el VibroPower y me llama la atención.

Y ser así no me beneficia en nada puesto que los nervios solo sirven para hacer las cosas mal, y equivocarnos en todas las decisiones que tomemos. Así , que deberías pensar en por qué te pones nervioso, una vez localizado el foco de tu nerviosismo podrás erradicarlo o al menos intentarlo, ya que ésta es la tónica de mi vida, intentar sin conseguir (supongo que la frase “la intención es lo que cuenta” ha hecho mella en mí).

Yo en mi caso tengo claro cuáles son estos factores: el café y el tabaco... no, son los complejos, la inseguridad y el miedo al ridículo, tengo un terrible miedo al ridículo. Hoy por ejemplo me he acordado cuando en clase me pedían que leyese en voz alta, en cuanto me equivocaba al leer una palabra empezaba a leer a trompicones, como sí DJ Valdi estuviera pinchando dentro de mi cabeza.
O por ejemplo, en clase de biología, naturales o conocimiento del medio, dependiendo de la edad, temía que saliera una rana en alguna hoja... me llamo Gustavo, y no hay que ser muy original para ponerme mote, ¿no?.

Y lo peor es que no consigo quitarme estos miedos, así que es muy difícil que algo me salga bien, porque en cuanto se empieza a torcer ya no hay quien lo remedie, y esta es una de las razones por las que quiero dejar de ser así.

Otra es por la gente que tengo a mi lado, porque les hago daño o al menos hago que no estén cómodos conmigo, puesto que otro de mis defectos son mis impulsos, y es que puedo pasar de estar riéndome a soltar una bordería en un segundo.

Además, lo peor es que soy impulsivo pero solo para mal, puesto que antes de dar un paso pienso todas las situaciones que pueden darse, y me centro sobre todo en las malas, un amigo me dice “tú problema es que tu cabeza va a demasiadas revoluciones y te montas quinientas películas de las cuales después ninguna es la acertada, pero lo estás pasando mal mientras las piensas”.
Con lo cual a la hora de tomar decisiones soy un cobarde, y una vez tomadas me arrepiento de haberlas tomado todos y cada uno de los días.
Pero claro, en el aspecto negativo sí soy rápido, y es que soy capaz de mandar al garete cualquier plan que tenga en cuanto algo me huela mal, y esto hace que me pierda muchas cosas en mi vida.

Espero, que después de haberte contado esto en un ataque de egocentrismo (que más que ser algo aislado es algo casi crónico) sea capaz de poner remedio a todo esto.

¿Y tú tienes algo que cambiar de tu personalidad? Piénsalo y me lo cuentas.

Te dejo esta canción de Pereza que retrata perfectamente lo último de lo que te he hablado, y como siempre, una pequeña tortura en forma de versos:

Impulsos

Me arreglo tras dsquebrajarme,
te alejo tras besarte,
me apago tras quemarme,
te riego tras talarte.

Feugo, fuego, ¡que arda Troya!

Tranquilidad, después alboroto,
paz, después guerra nuclear,
alargo, después lo acorto,
orden, después desordenar

Agua, agua, ¡inundad la Atlántida!

Hago unas alas de cera,
enfrento mis miedos solo,
de cordero paso a fiera,
y yo mismo me inmolo.


domingo, 21 de abril de 2013

Doble rasero



Voy a contarte algo sobre mí, me gusta que cuando dé mi opinión todo el mundo diga que es la acertada, y por supuesto que me dejen exponer mis argumentos, ya que son del todo razonables. En cambio, nunca acepto la opinión de los demás, no tendría sentido, están equivocados.

Si esta fuese realmente mi manera de actuar, tú me podría criticar y reñirme, ya que pido a los demás lo que yo mismo no doy. Pues bien, de esto precisamente vamos a hablar tú y yo hoy, del doble rasero. Y es que me parece que vivimos en una sociedad en la que conjugamos el verbo pedir solo en la primera persona del singular, en cambio el verbo dar lo borramos casi por completo de nuestro vocabulario (más o menos como hacen los políticos con la voluntad del pueblo).
Pues bien esta tendencia del “haz lo que diga no lo que haga yo” la podemos observar en mil y un aspecto de nuestra vida, a todas las escalas y en todos los estratos sociales, por ejemplo en las relaciones personales.

A todos se nos llena la boca al pedir respeto, tolerancia y compresión, pero a la mínima de cambio pulsamos el botón rojo y nuestros principios inquebrantables e imperecederos se funden como una vela cerca del fuego. Y es que no somos capaces de tener empatía, de ponernos en la piel de la otra persona. Acaso tú no has pedido que respeten tus gustos y te has metido con lo de los demás, y como todo psicópata tenemos siempre el mismo modus operandi; si no piensan los mismo que nosotros, es raro, es decir, es un friki.
Piensa una cosa, quién es más friki, el que se gasta 100€ en una figura edición limitada de Hulk o el que se gasta 200€ en unas llantas nuevas para su “vuga”, o acaso es más rara la pija de la clase que se gasta 150€ en Blanco en sólo dos horas.
Bueno supongo que la respuesta variará dependiendo de si esto lo lees tú o lo leo yo, como diría Campoamor:

En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.

Por este ejemplo, y por muchos más que tú mismo me vas a contar cuando yo acabe de hablar (lo siento, el egocentrismo me puede), podemos ver como siempre exigimos a los demás más de lo que nosotros podemos o queremos dar.

Pero veamos otro tipo de doble rasero, este está ahora muy de moda, y es el que se da en la ley, y es que parece que la dama con el pañuelo en los ojos hace trampas y mira por debajo del antifaz sobre quién está actuando.

Si yo ahora no tengo medios para pagar la hipoteca de mi casa, me la embargan, me añaden a la lista de morosos, y aquí paz y después gloria. O si intento protestar en la puerta de la casa de un político por la injusticia que estoy viviendo, entonces me llaman nazi, con una naturalidad como el que interpreta un guión; aunque claro esto tiene sentido cuando este insulto es una simple cortina de humo, como dijo Alberto Garzón, un hombre que al menos de boquilla hace política de verdad (perdóname pero no me fío de nadie, y menos de un político, pero bueno te doy margen de maniobra Alberto).
Pero vamos a jugar al juego de los disfraces, te voy a explicar cómo se juega: tú tienes que en primer lugar disfrazarte de un personaje famoso, y tomar alguno de las cosas por las cueles se te recrimina, y hacer algo peor que eso, y si lo haces bien pues ganas fantásticos regalos; como el 1,2,3 pero sin la Ruperta.
Mira voy a empezar yo para enseñarte cómo se juega.
Me voy a poner una peluca blanca y una barba blanca, también voy a coger estas gafas y un traje con corbata. Y voy a decir al pueblo para el que trabajo que se duchen con agua fría, que así ahorraran, además me siento orgulloso de mis consejos, es bueno para la circulación.
¡Exacto! soy Arias Cañete, a ver qué he ganado... ¡Alá soy ministro!, pues a ver si eres capaz de superarlo.

Mmm... tú también te has puesto traje, y ese maquillaje para qué es, te acabas de poner una cara de no haber dormido tranquilo desde hace seis meses. Pero no se me ocurre quién puedes ser, disfrázate un poco mejor.
Espera... ese mechón blanco... ¿y a qué te dedicas?... entonces si sólo robas y te rascas el ombligo, aunque se me ocurren muchos personajes, con ese mechón... ¡Eres Urdangarin! Pues has ganado... ¡un viaje a Catar con todos los gastos pagados!
Creo que me has vencido, ya no quiero jugar más contigo, no me gusta perder, así que te dejo aquí, antes de que empieces a caerme mal. Aunque te voy a dejar este poema a modo de castigo:


Desiguales

Ahora sé cómo ha pasado,
cómo he llegado a esto,
ahora comprendo mi estado,
sé cómo lo has dispuesto.

A cualquier juego ganabas,
llegabas la primera a las metas,
las apuestas nunca las pagabas,
ahora sé el rol que interpretas.

¿Qué como has logrado esto?,
¿cómo me has engañado?,
ahora ya lo he descubierto,
y aquí lo dejo plasmado.

Yo besaba por donde pisabas,
tú me ponías la zancadilla,
yo pensaba que me amabas,
tú me moldeabas como arcilla.

Yo envidiaba tu espejo,
tú quemabas mi foto,
yo vigilaba tu entrecejo,
tú ignorabas mi alboroto.

Ahora escapo de tu secuestro,
ahora te quito la corona,
yo mataba por lo nuestro,
tú morías por tu persona.



jueves, 28 de marzo de 2013

Desconfianza

Como puedes ver estoy más activo que nunca, supongo que es por tener vacaciones y no tener demasiadas ganas de ver muñecos de madera por las calles. También puede ser, como todo en esta vida, fruto de las circunstancias, que te hacen pensar más y por tanto necesitas desahogarte más.
Pues bien, como ves de nuevo el título es autodescriptivo, así que pasemos directamente al tema que nos ocupa.

Todas las criaturas de la Tierra tienen sus propios mecanismos de defensa, algunas exhiben colores brillantes para hacer ver que son venenosos y otras en cambio no ofrecen un espectáculo tan placentero, como es el caso de la mofeta. Pero en definitiva desde las amebas hasta el ser humano todas los seres vivos tienen su mecanismo de defensa, y como yo no tengo complejo de Félix Rodríguez de la Fuente voy a hablar de uno de los mecanismos de defensa del hombre moderno, ya sabéis el iHomo Whatssapensis.

Como no soy antropólogo voy a hablar desde lo que mejor conozco, porque egocéntrico sí que soy como todo buen ser humano, de mi principal mecanismo de defensa, la desconfianza. Esto me recuerda a un breve relato que me contaba mi abuelo, quizás el culpable de que adoptara esta costumbre:

Un hombre llamó a su hijo al salón, y cuando éste llegó le dijo que cerrara los ojos. El chico pensando que era algún regalo u otro tipo de sorpresa lo hizo con el nerviosismo propio de la situación.
Entonces el padre le propinó un bofetón que hizo que el chaval cayera al suelo. Cuando el niño se incorporó preguntando a media voz el porqué de aquel golpe, su padre le respondió: "Eso para que no te fíes ni de tu padre."

Así que eso es lo que hago yo, no fiarme de nadie, y la verdad que tiene algunas ventajas. Nunca jamás te sorprenderá algo malo que te puedan hacer, porque tú ya te has imaginado todos los escenarios posibles en los cuales puede desembocar la situación en la que estás con esa persona, y por tanto estarás preparado  Por desgracia hoy en día el refrán "piensa mal y acertarás" funciona a las mil maravillas, así que no está de más desconfiar.
Además, aunque esa persona pueda estar pensando que te tiene engañado y que cuando te haga daño te pillará desprevenido, tú en realidad estarás dentro de tu muralla de desconfianza a verlas venir.

Pero no es oro todo lo que reluce, y esta aptitud ante la vida te puede acarrear un estado de amargura constante, ya que no sólo desconfías de extraños o conocidos, sino también de amigos y personas muy cercanas a ti , y esto créeme que no es nada bueno.
En primer lugar porque te impide vivir la vida en plenitud, no vas a disfrutar de nada, y cuando digo nada es nada, porque mientras que otros están felices tú estás pensando en cuándo esa felicidad se tornará en traición y pena.
Y en segundo lugar, porque puedes hacer daño a las personas de las que desconfías, ya que ellos te ofrecen su lealtad y cariño y tú en cambio no eres capaz de ver más allá del recelo y la desconfianza.

Por tanto, como siempre en esta vida la virtud está en el punto medio, yo no soy capaz de encontrarlo, pero estoy seguro que tú sí, así que adelante.

Desconfianza

Tejeré una maraña de celos,
me subiré al iceberg de la indiferencia,
vigilaré desde lo alto de los cielos,
si lo vuestro es verdadera decencia.

Podré ver todos sus pensamientos,
me adelantaré a todas sus tretas,
imaginaré cada uno de sus pensamientos,
los vigilaré por las ventanas abiertas.

No sabrán que estoy vigilante,
que nunca podrán hacerme daño,
que de este barco soy el almirante,
y que voy a la deriva año tras año.

No abordarán mi castillo de sospecha,
no me privarán de la verdad,
porque mi corazón a todos los echa,
y moriré en la más puta soledad.


domingo, 24 de marzo de 2013

Miedos

El título ya se explica por si solo, de hecho con solo mencionar esta palabras tú mismo o misma podrías escribir un blog mentalmente, porque al fin y al cabo, aunque te hagas la dura, aunque seas un engreido o aunque te estén a cada momento recordando que eres genial, tú también tienes miedos.

He vuelto a escribir, después de mucho tiempo, en primer lugar porque necesito a hablar sin ser escuchado, a veces es bueno que no te contradigan, y también porque he empezado a leer el último libro de Carlos Ruíz Zafón y a forma que tiene este hombre de transportarte al mundo de El Cementerio de los Libros Olvidados es tal, que casi tienen más mérito los ruidos de coches y sirenas que te traen de vuelta a la realidad.
Así que vamos a hablar un poco de nuestro interior, tú y yo solos, sin que nadie se entrometa, la presión de grupo a veces pesa más que la propia opinión y hemos de deshacernos de ella.

Piensa en ti, haz un breve repaso por tu vida y enumera todas las cosas que has dejado de hacer simplemente por tener miedo, y ahora analiza esos miedos y valora si de verdad la pérdida de esa oportunidad, o de ese amor o de esa experiencia te ha afectado menos que lo que lo hubiera hecho el superar ese miedo. Yo creo, y estarás de acuerdo conmigo en que no, que sientes pena, en que sabes que no has evolucionado, porque en esta vida hay que asumir riesgos para ser modificados, la rutina difícilmente te va a modificar.
Si bien es cierto que el correr de un río redondea las piedras pero, ¿acaso eres una piedra, no tienes inquietudes o sentimientos?, espero que la respuesta sea no, porque si no me lee nadie lo puedo asumir, pero hablarle a una piedra, salvo que sea un Naufrago como Tom Hanks, es muy triste.

Y si efectivamente, sé lo que me vas a decir, si somos conscientes de esto, ¿por qué no vencemos nuestros miedos?, pues es muy fácil, la comodidad. Tú vives en tu burbuja perfectamente acondicionada, igual que yo, y salir de esa barrera protectora resulta irritante, y eso no nos gusta. Pero sin pena no hay gloria, y creo que evolucionar es la mayor gloria, rectificar es de sabios, lo que hacemos nosotros, de necios.

Podría escribir un par de páginas analizando todos y cada uno de los miedos que tengo en este preciso instante, y quizás me faltarían todos aquellos que no reconozco, pero en lugar de eso, voy a contarte los que he superado y lo que he conseguido gracias a eso, también por la comodidad, porque créeme que he superado muy pocos.

Hace un par de años yo estaba estudiando el grado en Matemáticas, si hubiese mantenido el miedo al fracaso no estaría ahora estudiando el Doble Grado en Ingeniería Informática y Matemáticas, la carrera que una las dos disciplinas que siempre he querido estudiar, y la cual me entusiasma, y que espero que me ayude a trabajar en algo que me llene, y bueno algún proyecto que tengo en mente, que esperemos que deje de ser un castillo en el aire, y del que ya hablaré en otra entrada.

El otro miedo que he vencido es el de mostrar mi físico. a mi me gusta mucho comer, y de pequeño era un chico rellenito, y muy acomplejado, de hecho tengo varios complejos con mi físico que ahí siguen, pero a los dieciséis decidí empezar a hacer deporte y empecé a entrenar en un gimnasio  y tras varios años de esfuerzo, sobre todo con la dieta, puedo decir que ya no me da miedo quitarme la camiseta en público.
Y tú te preguntarás si de verdad me ha merecido la pena este esfuerzo, pues totalmente, es de las cosas que más orgulloso de siento por la calidad de vida que me ha aportado, es bastante complicado vivir tirándote de las camiseta para que no se te marquen las tetas o siendo de los pocos que no se bañan en una excursión del colegio, y estar en la playa en chándal.

Y aquí acaba mi lista, he superado pocos miedos, pero te puedo asegurar que han sido decisivos en mi vida.

Ahora piensa en tus miedos de nuevo. ¿Vale la pena no ir vestido como te gusta porque otros se rien de ti?, ¿Vas a dejar de probar eso porque temes hacerlo mal?, dime ¿qué quieres ser un ejemplo de la Teoría de la evolución de Darwin o un canto rodado en un riachuelo perdido?

Y ahora como este blog habla de cambios, voy a intentar hacer algo que nunca había hecho, en lugar de tomar un poema escrito anteriormente por mir, voy a intentar escribir uno a medida del blog:

Miedos

El peor enemigo que tengo,
mi propio reflejo,
la mayor gloria que obtengo,
ver mis defectos de lejos.

Experiencias que pierdo,
y sueños de los que despierto,
situaciones que no entiendo,
pero sus peligros sí advierto.

Dejas de mostrar tus virtudes,
te olvidas de tus valores,
por esos miedos que eludes.

Ya no te miras a los espejos.
nos arrepentiremos de viejos,
por lo perdido por nuestros complejos.






















sábado, 10 de noviembre de 2012

Ahora valoras lo pequeño

"Vaya, si cojo esta oferta me puedo ahorrar 27€ y así poco a poco me puedo comprar esa cosa que tanto quería." . Esta frase es la que salió de mi boca hace un par de días, y seguro que algunas cosas parecidas habéis pensado vosotros.

La pregunta es, ¿cuándo han comenzado a aflorar en nuestra mente estos pensamientos?, pues sí amigos, justo ahora que estamos en crisis. Y es que antes, al menos en mi caso, no valorábamos nada porque todo era fácil de conseguir, si querías algo te gastabas el dinero y punto. Ahora hemos añadido una nueva palabra a nuestro diccionario: prioridad.

Y es que mientras yo antes me compraba un videojuego en cuanto salía al mercado, ahora digo mejor me espero a Navidad, porque prefiero tener dinero para cosas tan cotidianas como unas cañas en lugar de gastármelo en algo que sí me va a entretener, pero no lo voy a disfrutar tanto. Resulta curioso como valoramos ahora las pequeñas cosas, los pequeños respiros que nos concede la crisis.

Por suerte esta crisis no nos ha trastocado hasta el límite de valorar todos los pequeños lujos que tenemos, aunque no vendría mal empezar a pensar en ellos, y sentirnos afortunados, "estamos mal y encima no te puedes quejar.", pues sí, así es. Habéis visto lo que molesta cuando te metes a la ducha y se acaba el butano y comienza a salir el agua fría, menudo problemón, te tienes que secar, salir de la ducha y cambiar la bombona ... sí, esto se llama ironía (no sé si usar cursiva para estos comentarios irónicos, aunque podría resultar un insulto a mis lectores, mejor lo dejamos así, a buen entendedor pocas cursivas bastan...).

Y otra sensación muy cotidiana, la sed, simplemente tenemos que ir a la cocina y mover con dos deditos una palanca, y de pronto aperece un chorro de agua y al lado Tamariz tocando un violín imaginario (cosas de la crisis, ¡ni para violines oye!), pues esto no lo pueden hacer miles de personas y nosotros no lo valoramos.

Y en esta época del año en las que vives con el miedo de que Rodolfo langostino salga de una esquina y te diga (leasé con acento argentino) "llévame a casa" (también la crisis también le a tocado a él, cosas de los desahucios), y que llegas a tu casa empapado, lo único que tienes que hacer es cambiarte los pantalones y meterte en el brasero a esperar a que escampe. ¿Has pensado en esas personas que ves durmiendo en la esquina de la calle de la discoteca Granada10?, pues los cartones no son impermeables.

También cuando merendamos suceden verdaderos milagros. Abres el frigorífico, no hay leche, vas a la despensa y coges otro cartón.

En fin, creo que ya ha quedado suficientemente claro lo afortunados que somos, hay tantas cosas que nos afectan y que son minucias, que si las eliminamos nuestra vida dará un giro de 180º (no sé porque la gente dice 360º, si así te quedas igual). Y ahora os voy a dejar un "puesía" de esas que trato de escribir yo, y al final sólo garabateo:



Tortura

Desilusión, agobio, invierno,
Desengaño, pesadez, fatiga,
Desconsuelo, insomnio, averno,
Depresión, ojos, fatiga.

Hambre, pena, sufrimiento,
Calor, venas, sida,
Nausea, calambre, remordimiento,
Cosas que afean la vida.

Odio, temor, fracaso,
Espina, frío, avaricia,
Cosas que en el corazón amaso,
Antes de pedir una caricia.




martes, 15 de mayo de 2012

Game over

Hola a todos,
en la anterior entrada os hablé acerca de como veía yo estructurado el mundo, comparándolo con un juego. Y como nuestra sociedad tiene mucho hilo que cortar, vamos a finalizar mi visión de la estructura social actual, sobre todo en el mundo "desarrollado".

¿Por qué he entrecomillado esto de mundo desarrollado? Porque francamente un mundo en el cual, la barra de aceptación de tu avatar decrementa o incrementa en la misma proporción en que la hacen los items socialmente aceptados que compras en la Tienda de Gustos y que el nivel de popularidad va en relación a los mini-juegos que superas, tales como: Simon dice, la gallinita ciega o Lobos y corderos; no es algo que de mucho pie a la idea de desarrollo.

Y es que como en todo buen juego de rol que se precie hay unos personajes principales, que varían en función de la etapa del juego en la que estés. Cuando eres pequeño son superhéroes y dibujitos animados inofensivos, pero que ya van creando un cierto separatismo y una cierta camaradería; Pokemón o Digimón, Fifa o Pro, Madrid o Barça. Pero la cosa se empieza a complicar, pasan las pantallas, y tu personaje crece y aparecen otros líderes: la chica o chico popular, profesores, modas y modelos, y ya tu cerco de personajes afines se estrecha ya que cada vez tienes que desbloquear más cosas para poder unirte a una clase: gustos musicales, ropa cool, etc.
Luego ya llegas a adulto y, o bien estás en el nivel Salmón y te ha tocado una carta de suerte o por el contrario trabajas para tu jefe y has de pasarte los mini-juegos: dorar la píldora, horas extras, vacaciones sin paga. Y además el jefe es un enemigo muy duro, ha desbloqueado poderes muy fuertes: despido improcedente, suspensión de pagos, contrato basura y la técnica final declararse insolvente.
Pero hay un remanso de paz cuando llegas a la etapa final del juego, pero no creas que es una panacea, no has de pertenecer a ninguna clase ni cumplir unos requisitos porque simplemente nadie quiere que pertenezcas a su clase, eres inútil y estorbas. De nada sirven esos viejos logros: Sabiduría infinita, Luchador o Cuenta cuentos.

Pero no todo podía ser tan complicado, también hay trucos para pasarse el juego más fácilmente. No siempre tienes porque ser amigo de todo aquel que te interese basta con equiparte con el rasgo Two-faced o Falso en la versión española del juego.
Además, para el logro Mano derecha del líder no tienes porque hacer todas las tareas que te ponga basta con usar la habilidad Perro Faldero; e incluso para ser más fuerte y así conseguir el trofeo Ni me tosas no tienes porque luchar por ser como eres o intentar que los demás te comprendan, simplemente equípate el casco del Dictador y muy importante; machaca a enemigos más débiles que tú; así los otros borregos se enfocaran en ellos y tú podrás seguir tu camino.

Pero, si lo que de verdad quieres es disfrutar de una experiencia de juego lo más plena posible usa el modo multi-jugador, comparte experiencias con otros jugadores, no uses trucos y sobre todo recoge todas las monedas y habla con todos los aldeanos, nunca se sabe quién te puede dar la llave de la Vía de el crecimiento.

Y os dejo con un gran poema del maestro Sabina y así dejéis de sufrírme, hasta otra entrega de este blog que intenta entretener y espero al menos consiga entremeter en vuestra cabeza. Un abrazo.