jueves, 28 de marzo de 2013

Desconfianza

Como puedes ver estoy más activo que nunca, supongo que es por tener vacaciones y no tener demasiadas ganas de ver muñecos de madera por las calles. También puede ser, como todo en esta vida, fruto de las circunstancias, que te hacen pensar más y por tanto necesitas desahogarte más.
Pues bien, como ves de nuevo el título es autodescriptivo, así que pasemos directamente al tema que nos ocupa.

Todas las criaturas de la Tierra tienen sus propios mecanismos de defensa, algunas exhiben colores brillantes para hacer ver que son venenosos y otras en cambio no ofrecen un espectáculo tan placentero, como es el caso de la mofeta. Pero en definitiva desde las amebas hasta el ser humano todas los seres vivos tienen su mecanismo de defensa, y como yo no tengo complejo de Félix Rodríguez de la Fuente voy a hablar de uno de los mecanismos de defensa del hombre moderno, ya sabéis el iHomo Whatssapensis.

Como no soy antropólogo voy a hablar desde lo que mejor conozco, porque egocéntrico sí que soy como todo buen ser humano, de mi principal mecanismo de defensa, la desconfianza. Esto me recuerda a un breve relato que me contaba mi abuelo, quizás el culpable de que adoptara esta costumbre:

Un hombre llamó a su hijo al salón, y cuando éste llegó le dijo que cerrara los ojos. El chico pensando que era algún regalo u otro tipo de sorpresa lo hizo con el nerviosismo propio de la situación.
Entonces el padre le propinó un bofetón que hizo que el chaval cayera al suelo. Cuando el niño se incorporó preguntando a media voz el porqué de aquel golpe, su padre le respondió: "Eso para que no te fíes ni de tu padre."

Así que eso es lo que hago yo, no fiarme de nadie, y la verdad que tiene algunas ventajas. Nunca jamás te sorprenderá algo malo que te puedan hacer, porque tú ya te has imaginado todos los escenarios posibles en los cuales puede desembocar la situación en la que estás con esa persona, y por tanto estarás preparado  Por desgracia hoy en día el refrán "piensa mal y acertarás" funciona a las mil maravillas, así que no está de más desconfiar.
Además, aunque esa persona pueda estar pensando que te tiene engañado y que cuando te haga daño te pillará desprevenido, tú en realidad estarás dentro de tu muralla de desconfianza a verlas venir.

Pero no es oro todo lo que reluce, y esta aptitud ante la vida te puede acarrear un estado de amargura constante, ya que no sólo desconfías de extraños o conocidos, sino también de amigos y personas muy cercanas a ti , y esto créeme que no es nada bueno.
En primer lugar porque te impide vivir la vida en plenitud, no vas a disfrutar de nada, y cuando digo nada es nada, porque mientras que otros están felices tú estás pensando en cuándo esa felicidad se tornará en traición y pena.
Y en segundo lugar, porque puedes hacer daño a las personas de las que desconfías, ya que ellos te ofrecen su lealtad y cariño y tú en cambio no eres capaz de ver más allá del recelo y la desconfianza.

Por tanto, como siempre en esta vida la virtud está en el punto medio, yo no soy capaz de encontrarlo, pero estoy seguro que tú sí, así que adelante.

Desconfianza

Tejeré una maraña de celos,
me subiré al iceberg de la indiferencia,
vigilaré desde lo alto de los cielos,
si lo vuestro es verdadera decencia.

Podré ver todos sus pensamientos,
me adelantaré a todas sus tretas,
imaginaré cada uno de sus pensamientos,
los vigilaré por las ventanas abiertas.

No sabrán que estoy vigilante,
que nunca podrán hacerme daño,
que de este barco soy el almirante,
y que voy a la deriva año tras año.

No abordarán mi castillo de sospecha,
no me privarán de la verdad,
porque mi corazón a todos los echa,
y moriré en la más puta soledad.


domingo, 24 de marzo de 2013

Miedos

El título ya se explica por si solo, de hecho con solo mencionar esta palabras tú mismo o misma podrías escribir un blog mentalmente, porque al fin y al cabo, aunque te hagas la dura, aunque seas un engreido o aunque te estén a cada momento recordando que eres genial, tú también tienes miedos.

He vuelto a escribir, después de mucho tiempo, en primer lugar porque necesito a hablar sin ser escuchado, a veces es bueno que no te contradigan, y también porque he empezado a leer el último libro de Carlos Ruíz Zafón y a forma que tiene este hombre de transportarte al mundo de El Cementerio de los Libros Olvidados es tal, que casi tienen más mérito los ruidos de coches y sirenas que te traen de vuelta a la realidad.
Así que vamos a hablar un poco de nuestro interior, tú y yo solos, sin que nadie se entrometa, la presión de grupo a veces pesa más que la propia opinión y hemos de deshacernos de ella.

Piensa en ti, haz un breve repaso por tu vida y enumera todas las cosas que has dejado de hacer simplemente por tener miedo, y ahora analiza esos miedos y valora si de verdad la pérdida de esa oportunidad, o de ese amor o de esa experiencia te ha afectado menos que lo que lo hubiera hecho el superar ese miedo. Yo creo, y estarás de acuerdo conmigo en que no, que sientes pena, en que sabes que no has evolucionado, porque en esta vida hay que asumir riesgos para ser modificados, la rutina difícilmente te va a modificar.
Si bien es cierto que el correr de un río redondea las piedras pero, ¿acaso eres una piedra, no tienes inquietudes o sentimientos?, espero que la respuesta sea no, porque si no me lee nadie lo puedo asumir, pero hablarle a una piedra, salvo que sea un Naufrago como Tom Hanks, es muy triste.

Y si efectivamente, sé lo que me vas a decir, si somos conscientes de esto, ¿por qué no vencemos nuestros miedos?, pues es muy fácil, la comodidad. Tú vives en tu burbuja perfectamente acondicionada, igual que yo, y salir de esa barrera protectora resulta irritante, y eso no nos gusta. Pero sin pena no hay gloria, y creo que evolucionar es la mayor gloria, rectificar es de sabios, lo que hacemos nosotros, de necios.

Podría escribir un par de páginas analizando todos y cada uno de los miedos que tengo en este preciso instante, y quizás me faltarían todos aquellos que no reconozco, pero en lugar de eso, voy a contarte los que he superado y lo que he conseguido gracias a eso, también por la comodidad, porque créeme que he superado muy pocos.

Hace un par de años yo estaba estudiando el grado en Matemáticas, si hubiese mantenido el miedo al fracaso no estaría ahora estudiando el Doble Grado en Ingeniería Informática y Matemáticas, la carrera que una las dos disciplinas que siempre he querido estudiar, y la cual me entusiasma, y que espero que me ayude a trabajar en algo que me llene, y bueno algún proyecto que tengo en mente, que esperemos que deje de ser un castillo en el aire, y del que ya hablaré en otra entrada.

El otro miedo que he vencido es el de mostrar mi físico. a mi me gusta mucho comer, y de pequeño era un chico rellenito, y muy acomplejado, de hecho tengo varios complejos con mi físico que ahí siguen, pero a los dieciséis decidí empezar a hacer deporte y empecé a entrenar en un gimnasio  y tras varios años de esfuerzo, sobre todo con la dieta, puedo decir que ya no me da miedo quitarme la camiseta en público.
Y tú te preguntarás si de verdad me ha merecido la pena este esfuerzo, pues totalmente, es de las cosas que más orgulloso de siento por la calidad de vida que me ha aportado, es bastante complicado vivir tirándote de las camiseta para que no se te marquen las tetas o siendo de los pocos que no se bañan en una excursión del colegio, y estar en la playa en chándal.

Y aquí acaba mi lista, he superado pocos miedos, pero te puedo asegurar que han sido decisivos en mi vida.

Ahora piensa en tus miedos de nuevo. ¿Vale la pena no ir vestido como te gusta porque otros se rien de ti?, ¿Vas a dejar de probar eso porque temes hacerlo mal?, dime ¿qué quieres ser un ejemplo de la Teoría de la evolución de Darwin o un canto rodado en un riachuelo perdido?

Y ahora como este blog habla de cambios, voy a intentar hacer algo que nunca había hecho, en lugar de tomar un poema escrito anteriormente por mir, voy a intentar escribir uno a medida del blog:

Miedos

El peor enemigo que tengo,
mi propio reflejo,
la mayor gloria que obtengo,
ver mis defectos de lejos.

Experiencias que pierdo,
y sueños de los que despierto,
situaciones que no entiendo,
pero sus peligros sí advierto.

Dejas de mostrar tus virtudes,
te olvidas de tus valores,
por esos miedos que eludes.

Ya no te miras a los espejos.
nos arrepentiremos de viejos,
por lo perdido por nuestros complejos.